¿Cómo volver a la rutina en plena forma?

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¿Cómo volver a la rutina en plena forma? Desgranando el síndrome postvacacional

El fin de agosto y la vuelta al cole nos obliga a muchos a volver a nuestra rutina.

Cómo volver a la rutina en plena forma

Mucho se ha hablado del Síndrome PostVacacional, que no es más que el proceso que atravesamos para pasar de las vacaciones a la normalidad con lo que ello conlleva, más cansancio, cambios en el estado de ánimo, falta de energía y un discurso un poco más pesimista y apagado. Ese proceso dura poco y rápidamente tenemos la capacidad de adaptarnos de nuevo a lo que para nosotros es “lo normal” en nuestras vidas.

Sin embargo, aunque todos experimentamos un pequeño proceso de adaptación a la rutina después de las vacaciones, hay personas para las que ese mismo proceso es más largo e intenso. ¿Entonces, por qué puede ser tan diferente el proceso de unas personas a otras? ¿Cuál es la diferencia?

El fin de las vacaciones y el regreso a la rutina

Aquí, vamos a ver ambas caras de la vuelta a la rutina. La primera está relacionada con lo que acabamos de ver en el anterior párrafo. Tiene que ver con lo que nos pasa cuando las vacaciones se acaban. Desde luego influye el tiempo que hayamos estado de vacaciones, ya que no es lo mismo volver a la rutina después de una semana de vacaciones que después de un mes. Pero todo este proceso empieza mucho antes, cuando ya estamos esperando ansiosos esas vacaciones.

La necesidad tan imperiosa que vamos creando y que una vez alcanzada y poder experimentarlo, ya no queremos renunciar a ello y de ahí que nos cueste tanto volver a una realidad que no nos gusta tanto. La cuestión entonces sería, ¿cómo está mi vida para que necesite con tanta fuerza salir de ella en forma de vacaciones? ¿Qué tan poco me gusta lo que hago o lo que sucede en mi vida para que sienta que las vacaciones son el único momento donde me siento tan bien?

Tan importante hacerse estas preguntas ya que si mi vida, dentro de la rutina, es satisfactoria y tengo bienestar no tendríamos tantas ganas de huir ansiosos a por las vacaciones y por lo tanto, tampoco nos costaría tanto volver a esta rutina. Las disfrutaríamos mucho, por supuesto, creando espacios para descubrir cosas nuevas, sitios nuevos, nuevas experiencias, para descansar también y disfrutar, pero desde el disfrute y no con ansia.

¿Cómo nos beneficia la rutina?

Una vez hablado de este punto, hablemos también de lo bueno que tiene la rutina y de cómo nos ayuda en nuestro bienestar también. Y es que la rutina es nuestra zona de confort, es donde nos sabemos desenvolver bien, donde sabemos más o menos todo lo que ocurre y puede ocurrir y tenemos control sobre ello. Incluso hay personas que a veces verbalizan que ya están deseando volver a rutina y tiene que ver un poco con esto y con lo que viene en los siguientes párrafos.

La rutina nos ordena en hábitos y horarios, algo que a veces se agradece. Si siempre viviéramos en la improvisación y tuviéramos que pensar cada día que será de ese día nos supondría mucho desgaste. En la rutina podemos introducir muchas de las cosas que nos gustan de forma habitual y continuada, damos cabida a todas esas cosas. La rutina nos ayuda en los días que nos cuesta más porque simplemente no lleva, no tenemos que hacer nada extraordinario.

Por lo tanto, si entendemos la rutina como nuestro lugar seguro donde nos desarrollamos, somos productivos y encontramos el equilibrio entre un tiempo para nosotros, para las cosas de las que disfrutamos, para dedicárselo a otras personas y trabajar en nuestro bienestar puede ser nuestra aliada. Si tenemos la sensación de que vivimos esperando a las vacaciones, para las cuales pueden faltar meses o a veces un año entero hasta poder volver a disfrutarlas, es momento de pararse y revisar qué está pasando en mi rutina.

Si mi rutina me agrada, dentro de las obligaciones y responsabilidades a veces, pero con otras cosas que compensan, volver a la rutina no sería tan difícil. Elige una cosa, una pequeña cosa que esté a tu alcance y que haga que tu rutina te guste un poco más, un hábito, una actividad, un nuevo objetivo. Algo pequeño muy pequeño que podría tener un gran impacto en tu bienestar.

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