¿Cómo desarrollar un concepto de ti mismo más elevado?

Una guía para potenciar un verdadero cambio desde nuestro interior.

Esos momentos en los que he contado con la persona que me ha brindado su tiempo y compañía, como coloquialmente lo referimos, un hombro en el que apoyarnos, ha solido ser de gran ayuda para superar grandes dificultades. Ciertamente a veces puede parecer demasiado sencillo, pero quien lo ha experimentado, sabe que es así. ¿Acaso encierra algún misterio?

En muchas etapas de nuestra vida, vamos con el piloto automático encendido. En la juventud nos pensamos de adultos, proyectados a metas y sueños futuros. Al llegar a la adultez, los afanes entretejen el día a día y, si no tomas conciencia, la esencia de tu ser se pierde entre deberes, expectativas, responsabilidades. Creencias que se aceptan y se van repitiendo inconscientemente, lejos de favorecerte para sentirte mejor. Si te has sentido identificado, te invito a permanecer atento.

Un cambio desde dentro

Lo que te permitirá comenzar un verdadero cambio desde tu interior, es que seas tú conscientemente, quien decida cambiar. Porque no solo requieren voluntad, también hace falta accionar, mantenerte enfocado y ser perseverante. Tienes que posesionarte con responsabilidad de un concepto de ti mismo más elevado, merecedor e inspirado en tu esencia. Donde incluso lo común, se vuelve extraordinario. Puedes recrearte colmado de amor, éxito, un ser próspero, lleno de paz. La creación de tu ideal, optando en todo momento, por lo que te permita sentirte mejor.

Desarrollar la esencia de tu ser, te exige observar, hacia afuera y hacia adentro. Evaluarte en positivo, sentirte un ser bueno y eficaz. La importancia de autoconocerte, abre grandes posibilidades de crecimiento personal y de desarrollo. Si logras hacer actividades por y para ti mismo, sabiendo que vivirla es la principal meta, se convertirán en experiencias en la que la recompensa obtenida se deriva del propio acto de realizarla. Centrando la atención en la ejecución, y no en sus posibles consecuencias, lo cual te alinea intrínsecamente en tu esencia.

Sería esa, la mejor manera de responder a la práctica de la autoconciencia, para evitar estados de estrés, apatía, ansiedad o hasta depresión. Apostando a alcanzar el orden dentro de los desconciertos de la mente. De manera que puedas generar una experiencia óptima, aquella que se disfruta por ser un fin en sí misma. No es algo que dependa de lo que sucede alrededor, sino de la forma en que tú lo asimiles y valores. Conectando directamente contigo, con tus deseos, libre de creencias limitantes.

Ese estado de fluir, puede representarse como un momento en el que tu atención, motivación y el contexto se encuentran, dando como resultado una armonía productiva que se convierte en retroalimentación. Aprender a Fluir, es querer lo que haces. Claro está que para ello se requiere de habilidades, concentración y enfoque. Te darás cuenta que a través de una situación o de la realización de alguna actividad que disfrutes y sea especial para ti, las preocupaciones frecuentes de la vida quedarán excluidas de tu mente. Incluyendo el experimentar una pérdida instantánea de la autoconciencia. Cabe destacar, que paradójicamente, cuando logramos olvidarnos de quién o de qué somos, podemos expandir aquello que somos.

La experiencia óptima, permite así una forma de trascendencia, pues al perder momentáneamente la noción del tiempo y la necesidad de estar en un estado de alerta continuo, sobrepasamos nuestro propio yo, para surgir con más fuerza tras la experiencia experimentada. Incluso, para muchas personas, podría parecer que el tiempo pasa más rápidamente, sin preocupación o angustia. Quedando desapercibidas sensaciones de hambre, sueño o agotamiento. En pocas palabras, eres capaz de accionar sin esfuerzo, te desconectas y la actividad atrae toda tu atención, generando una sensación extraordinaria de capacidad propia y de control.

Si realmente existe algún misterio que te permite fluir para superarte y que te genere esa sensación de habilidad personal. Es lo más semejante, a cuando experimentas el apoyo incondicional, o un tiempo de calidad compartido. Porque conectas con tu propio interior, desde tu esencia. Realzando tu valoración y aportando sentido a tu vida.

¿Cómo ser ese hombro que brinda apoyo?

Primeramente, es importante reconocer que los sentimientos de la persona son reales para él o ella. Validar sus sentimientos resulta primordial. Ofrece apoyo de manera empática y comprensiva. Sencillamente, estar ahí para acompañar, puede ser de gran ayuda para superar la inestabilidad emocional.

• Para ayudar a alguien con problemas emocionales, debemos escucha sin juzgar. Reconocer su problema, tal cual lo expresa. Sin minimizar, ni maximizar sus expresiones o vivencias relatadas.
• Anima sin presionar. Si es necesario, pide permiso para hablar del tema y para acercártele.
• No te centres en sus síntomas, tampoco aconsejes, ni des lecciones en base a tu experiencia personal. Valida su sentir y escucha de manera comprensiva.
• Si lo presumes necesario, sugiere la búsqueda de ayuda profesional como una alternativa viable, sin estigmatizar dicha posibilidad.

¿Y, si eres tú quien está experimentando dicha inestabilidad? si se ha cruzado la incongruencia entre tus planes de alcanzar paz, de elevar tu concepto de ti mismo, con una experiencia de dolor extrema. Si simplemente te sientes decepcionado, has sufrido una pérdida o enfrentado un cambio radical. Quererte a ti mismo y reconquistar tu ideal, será algo ineludible. Si descubres esa esencia divina que eres, generarás tu transformación y será un hecho realidad. Piénsalo, siéntelo y actúa en consecuencia.

¿Cómo recobrar el equilibrio emocional de manera práctica?

Es importante tener en cuenta lo siguiente:

• Cuida tu salud y bienestar. Para disfrutar de la vida, hay que cuidar de nosotros mismos para estar sanos.
• Dale valor a lo que tienes, a lo que haces, pero, sobre todo a lo que eres.
• Arriésgate y practica cosas nuevas. Aventúrate y disfruta de ello.
• Comparte con tus seres queridos. El tiempo vivido en compañía es un tesoro invaluable en la vida.
• Exprésate asertivamente y con respeto, no guardes lo que te molesta, ni permitas que lo que no te agrada, moleste a los demás.
• Ejercítate, practica la respiración consciente y la atención plena.

Un gran paso, siempre será transformar tus actividades en experiencias óptimas. Estar abierto a las oportunidades del entorno, para re-diseñar en el camino. Hay que aprender a disfrutar como si fuera un juego y dejarse ir en el proceso. Si logras conectar con tu pasión y tus mayores intereses, lograrás fluir.

Descubrirás que la finalidad no es el éxito, que el trayecto es la aventura que motiva, que no te paralice o intimide el miedo a fallar. Ten presente, que de todo fracaso se aprende, repasa sobre qué te deja de nuevo y cómo podrías mejorar para el futuro. Recuerda que los momentos más duros, nos han hecho más fuertes, las caídas, nos ha enseñado a levantarnos, los errores nos impulsan a enmendar y continuar. La vida es un proceso, vivir, la más rica y maravillosa experiencia.

Las personas eficaces no se preocupan, se ocupan, y si tú crees en tus propias capacidades para lograr lo que esperas, habrás alcanzado la motivación necesaria para emprender el cambio. Reflexiona sobre cómo podrías convertir tus momentos de ocio en experiencias de flujo, busca modelos de inspiración para tu autoeficacia y generar confianza en tus habilidades. Y si algo de lo expresado te ha llamado la atención, respóndete sinceramente a ti mismo:

• ¿Dónde ya has experimentando fluir en tu vida? Y ¿Dónde te gustaría experimentar más flujo?
• ¿En cuáles momentos específicos has estado tan inmerso que hayas perdido la noción del tiempo y te olvidaste de todo lo demás?
• ¿Qué puedes empezar a hacer lo antes posible para sentirte así?

Ya tienes una idea de por dónde puedes comenzar. Ten presente, poner tu intención en que tu vida sea feliz, y sigue adelante.